La reciente propuesta formulada por la firma SAINC S.A. a la Alcaldía de Cali para el denominado ‘Plan Maestro de Vías para el Sur’ ha despertado ampollas en diversos sectores, al incluir este un sistema de financiación con base en peajes.
Lo primero que cabe anotar es que no es estrictamente un ‘plan maestro’, a partir de la ley 1083 de 2006 el único plan maestro en tema de movilidad a nivel municipal es el Plan de Movilidad Urbana, con lo cual se debería hablar como mucho de un plan especial.
En segundo lugar, incurren en algún nivel de error tanto quienes sugieren que ese es el proyecto panacea que ‘resolverá los problemas de movilidad’, como quienes vaticinan radicalmente que dicho proyecto generará ‘un cataclismo de la movilidad’, ‘un congelamiento del desarrollo urbano’ y ‘el hambre de este pueblo exprimido’.
Nuevamente nuestra sociedad aborda los temas estructurales de ciudad desde la perspectiva de las barras bravas de futbol: con más apasionamiento que otra cosa.
El Proyecto de Asociación Público Privada para Vías en el Sur de Cali pretende aumentar la capacidad de la Avenida Gañas Gordas y la Vía Panamericana mediante carriles adicionales e intersecciones a varios niveles y prolongar hasta Jamundí la Avenida Ciudad de Cali. Una propuesta sustentada en la implementación de un peaje con fines recaudatorios con el cual se financiaría la infraestructura vial propuesta para el tráfico entre Cali y Jamundí. Sin duda, la ampliación vial mejoraría la congestión, pero no sería por mucho tiempo. Con el acelerado crecimiento de la vivienda en ambos municipios (incluidos condominios sub-urbanos) y los TLC que prometen carros más baratos, nunca habrá vías suficientes. ¿Cómo mejorar dicha propuesta?
El punto neurálgico es que el problema estructural no es de congestión de tráfico (flujo de autos) sino de movilidad (viajes de personas) entre estos dos municipios. La movilidad diaria entre Cali y Jamundí está caracterizada por una precaria y caótica oferta de transporte público, un transporte pirata sin control y una creciente demanda de viajes en vehículo particular que está colmatando la capacidad de la infraestructura vial existente. Es decir, si usted hoy hace parte de esa ‘infeliz’ mayoría de ciudadanos que depende sólo del transporte público, se lo lleva el diablo; pero si usted hace parte de esa ‘feliz’ minoría que tiene automóvil, también.
Se requiere una visión integral de la movilidad. En el mediano y largo plazo, la solución pasa por implementar el tren ligero como espina dorsal de la movilidad metropolitana, el peaje en carreteras intermunicipales aplicado al vehículo particular (auto y moto) no solo para financiar la mejora de infraestructura vial sino también para cofinanciar la operación del tren ligero, y la captura de plusvalías urbanísticas en los crecimientos urbanos de ambos municipios como fuente de cofinanciación del 30% de los costos de capital del tren a cargo de las entidades territoriales. Instrumentos que están a la mano de los gobiernos locales implicados y que deben ser analizados con rigor por los grupos de interés.
Así que, vecinos, dejemos el show mediático, el populismo preelectoral y el activismo coyuntural. Demos paso al debate estructurado y propositivo.
Carlos Alberto González GuzmánMarzo 9, 2015
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Publicado: Diario El País
Edición Impresa, Página B2. Cali, Colombia. Marzo 9 de 2015
Artículo de Opinión
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