Ir al contenido principal

MIO: Presente y futuro

El sistema de transporte masivo MIO hoy completa 5 años de operaciones y, si bien es motivo de celebración, bien vale la pena precisar que se trata de un cumpleaños un tanto agridulce. Tras la euforia inicial de los caleños frente a la posibilidad de que, después de décadas de caos, por fin se pudiera contar con un transporte público de calidad, la frustración y la rabia fueron ocupando su lugar a consecuencia de la progresiva caída en la calidad del servicio.


Es importante llamar a las cosas por su nombre, sólo sabiendo dónde estamos podemos establecer hacia dónde queremos ir. Por una parte, Metrocali como ente gestor del sistema y la Superintendencia de Puertos y Transporte como garante de la prestación de un buen servicio siguen en deuda con los caleños. Una flota de buses insuficiente, bajas frecuencias, transbordos eternos, sobrecupo y deterioro de la flota son una clara muestra de ello. Por otra parte, a los transportadores tradicionales ya poco queda por reprocharles, la historia nos ha mostrado su desdén con la ciudad, décadas de esa perversa guerra del centavo caracterizada por la explotación a sus conductores y el maltrato a los usuarios son un argumento irrefutable. Por último, el preocupante auge del transporte pirata no es más que la dañina consecuencia de un transporte público deficiente y sólo se logrará combatir cuando este mejore.


Ahora nos toca mirar hacia el futuro, abandonar el derrotismo y trabajar en la construcción de esa Cali que deseamos. Pero dicho proyecto colectivo estará íntimamente ligado a la exitosa implementación y operación de un sistema integrado de transporte público de calidad, bajo las reglas de un único ente gestor, con amplia cobertura y una tarifa asequible, y articulado –a nivel físico y tarifario- con los municipios de la región metropolitana a través de un transporte masivo que reviva el antiguo corredor ferroviario y convierta el sueño de la red de municipios del valle geográfico del río Cauca en una realidad.


Ese debe ser nuestro futuro y el reto de la administración municipal y departamental. Ello requerirá escarbar en la tarifa técnica y los balances de los operadores, medir la eficiencia del ente gestor, retomar el recaudo y explorar fuentes de cofinanciación de la operación -tarifa por congestión, cobro al estacionamiento, fotomultas, etc.-


¿Y los ciudadanos qué podemos hacer? Exigir a los gobiernos local y nacional el sistema de transporte masivo que nos prometieron y que nos merecemos, así de sencillo.
Carlos Alberto González GuzmánMarzo 2, 2014

---------------------------------------


Publicado: Diario El País

Edición Impresa, Página A13. Cali, Colombia. Marzo 2 de 2014

Artículo de Opinión


---------------------------------------


Entradas populares de este blog

El drama del MIO en cinco actos

En el Concejo de Cali se debate el proyecto de acuerdo n° 180 con el cual se busca garantizar la financiación del Sistema Integrado de Transporte Masivo SITM-MIO. Para este se argumenta que está soportado en una propuesta técnico-económica para transformar el modelo del SITM en un Sistema Integrado Inteligente de Transporte Público SIITP, del cual los ciudadanos aún no conocen mayor detalle. Bienvenido el debate, en cualquier caso, está claro que tenemos que avanzar para evitar el peor escenario posible: volver a caer en las garras de la nociva guerra del centavo. El origen de dicho debate es que hoy nuevamente el MIO se encuentra en grave crisis financiera y en riesgo de colapsar, esto a pesar del esfuerzo que han venido haciendo diversas administraciones por ponerlo a rodar y mantenerlo a flote. Dicho proceso se puede relatar a manera de obra escénica en cinco actos. En un primer acto, la alcaldía de Apolinar Salcedo (2004-2007) tenía como tema central construir la infraestructura. A

¿Subsidio al transporte público para financiar el estatus quo?

El transporte público de calidad, con amplia cobertura territorial y con tarifa asequible al usuario, requiere ser subsidiado en su operación, en eso por fin estamos de acuerdo todos: nación, municipios y usuarios. Lo que no hemos podido entender es que mientras se siga permitiendo el fortalecimiento del transporte público ilegal e informal, normalizando la evasión del pago del pasaje y fomentando el crecimiento del uso de la motocicleta, seguirá en vilo el futuro de los sistemas de transporte público y, con ello, el derecho a la movilidad de los ciudadanos. En Colombia, apenas en el 2015 el gobierno nacional entendió que el subsidio a la operación del transporte público era necesario para cubrir el déficit financiero de la operación y así garantizar el servicio a los ciudadanos, dado que el recaudo por la venta de tiquetes no resulta suficiente para cubrir los costos de ofrecer el servicio. En la actualidad, ocho ciudades cuentan con sistemas integrados o estratégicos de transporte en

Taxi: ¡Viva la informalidad laboral!

Cuando uno empieza a creer que en temas de movilidad urbana lo absurdo ya ha llegado a su máxima expresión, siempre aparece un hecho nuevo que supera con creces todo lo anterior: los explotados conductores de taxi salen a marchar en contra de la iniciativa de formalización laboral de su oficio promovida por el gobierno nacional, mientras los empresarios y propietarios de taxi aplauden la marcha con sonrisa burlona y, como no, los usuarios seguimos soportando un pésimo servicio que no mejora porque a los jefes del gremio no les interesa. El transporte público ya sea colectivo (buses) o individual (taxi) es un servicio regulado por el Estado que puede ser prestado tanto por operadores públicos como privados, por tanto en la pertinencia de la operación por parte de privados no hay discusión. En lo que sí hay discusión es en el hecho de que los operadores privados tengan que seguir manteniendo un nivel tan alto de informalidad laboral en este sector. No es posible que miles de conductores